‘Dejarse llover’

Sacar un cadáver de un pozo es la excusa argumental de esta tremenda novela. Si le dais un par de vueltas a este planteamiento espero que no se os escape que, a pesar de contener la esencia del drama, tiene una parte pragmática muy importante. En esta dualidad se mueve toda la historia, que según la definición de la propia autora, Paula Farias, pretende reflejar el horror de la guerra sin estridencias ni banda sonora.

Y es que una guerra no termina porque unos señores, reunidos entorno a una mesa a miles de kilómetros, decidan que ya vale. Cuando se anuncia el ‘fin de las hostilidades’ y fijamos nuestra atención hacia donde sea que la lleven los medios de comunicación, el campo de batalla sigue ahí, fracturado y sumido en el caos, ajeno a la lógica de tratados y agendas. En este contexto es importante el trabajo desarrollado por fuerzas de cooperación internacional para poner orden en el absurdo. Pero en serio. No en plan folleto promocional, sino hundiéndose en la mierda hasta los sobacos sin fanfarrias ni épica. Eficiencia pura en un entorno donde el alto al fuego no afecta ni a minas traicioneras ni francotiradores fanáticos.

Hay una vertiente de humor negro en la misión que emprenden los protagonistas de esta historia, que no lo tienen nada fácil para impedir que el muerto se les macere dentro del pozo. Intuyo que este es el planteamiento que ha desarrollado Fernando León de Aranoa en su versión cinematográfica, ‘Un día perfecto’. Por su lado, la novela construye una atmósfera de sensaciones y sentimientos que deja en un segundo plano las acciones  y, si en algún momento se acerca al humor lo hace a través de la ironía. Sin embargo, hay revelaciones sobre el trabajo diario de los personajes que ni siquiera permiten este margen de maniobra.

Todo en la novela está reducido a la esencia. Por eso sigue siendo vigente aunque esté escrita hace diez años (pero reeditada oportunamente por Suma de Letras hace unas semanas). Uno intuye que Paula Farias habla desde su experiencia personal en Kosovo, pero historias así se están dando a diario en varias partes del mundo. Sin ir más lejos, leer las referencias a los refugiados en plena crisis siria remueve algo dentro de uno.


Publicado

en

por

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *